COMUNICADO DE LA SECCIÓN SINDICAL DE LA CNT EN CROPUSA TRAS EL INCENDIO DE LA SEMANA PASADA

El pasado jueves, 14 de diciembre, a primera hora del turno de mañana, se produjo un incendio en el interior de la planta piloto de Cropusa, al parecer, en el cuadro eléctrico, lo que originó que en poco tiempo las zonas aledañas se llenaran de humo, haciendo irrespirable el ambiente. Gracias a la rápida intervención de las personas trabajadoras, poniéndose alerta y evacuando el lugar, avisando a los servicios de extinción de incendios e interviniendo directamente en la extinción del fuego antes de la llegada de las dotaciones de bomberos, se pudo controlar la situación sin que, afortunadamente, se produjeran daños personales. No nos vamos a detener a valorar lo recogido por la prensa (Diario de Burgos), plagado de inexactitudes.
Tras lo ocurrido y analizando los hechos, desde la sección sindical de la CNT en Cropusa podemos concluir que ha sido precisamente la eficaz respuesta del conjunto de la plantilla que tuvo que enfrentarse a esa situación, la que ha evitado males mayores. Es decir, aún de una manera un tanto descoordinada, propia de una situación de riesgo e imprevista, las personas trabajadoras fueron conscientes de lo que había que hacer sin necesidad de esperar órdenes. Podríamos decir que incluso algunos se expusieron de más.
No podemos decir lo mismo, sin embargo, de las altas esferas de la empresa. Teniendo en cuenta que esta es una fábrica cuya actividad puede suponer riesgos importantes en la seguridad y salud de las personas que trabajamos en ella y de las que se encuentran en el entorno, así como en el medio ambiente; sabiendo que es fundamental una planificación y prevención de riesgos laborales práctica, no solamente teórica, debería ser indispensable la organización, por parte de la empresa, de ese entrenamiento ante situaciones de riesgo que puedan sobrevenir. El solo hecho de que las personas del turno de trabajo afectado, componentes del equipo de intervención ante situaciones de riesgo, lleven sin realizar ningún tipo de preparación o simulacro desde hace un año y medio, ya nos pone sobre aviso del tipo de prevención que se está dando en la fábrica. Y si a eso le añadimos que el último entrenamiento o simulacro de ese mismo turno fue algo, por decirlo de alguna manera, fugaz, con una duración de entre 10 y 15 minutos, tiempo que, como se puede comprobar, es totalmente insuficiente para prevenir cualquier emergencia, debería bastar para que la dirección de la empresa empiece a valorar la dedicación del tiempo necesario para las actividades preventivas y no solamente para rellenar el expediente.

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